El arte del pintor David Huggins es algo que escapa de lo normal. En sus pinturas retrata encuentros con criaturas de otros mundos, visitantes de dormitorio, vistazos del interior de platillos voladores y sexo con extraterrestres. Según cuenta, el artista perdió la virginidad a los diecisiete años con una mujer alienígena.
En esta entrada te develaré los detalles más interesantes de su historia. No es mi interés crear alarma ni tampoco ceñirme a la creencia de que estos seres existen, me parece importante destacar que las historias de encuentros con criaturas sobrenaturales existen desde que la humanidad tiene uso del lenguaje y donde antes se hablaba de carros de fuego que arrebataban patriarcas al cielo ahora se habla de platillos voladores y abducciones.
Encuentros del tercer tipo en la infancia
Huggins creció en un entorno rural. Cuando era niño jugaba entre los árboles y a veces encontraba flechas y piedras con las que jugaba. Un día escuchó que alguien lo llamaba, “detrás de ti”, dijo la voz y al voltearse se encontró con un ser peludo y bajo con ojos brillantes que avanzaba hacia él.
En este punto de la historia aparece un personaje que será fundamental para entender el resto de lo que ocurre. Una criatura con forma de insecto se presenta ante un David Huggins niño, en medio del bosque. Esto ocurrió cuando el pintor tenía apenas ocho años, y la vista de esa criatura que le recordaba a una mantis lo aterró. Este ser estaría presente después en cada sesión de sexo con extraterrestres que viviera el pintor.
Además de estos encuentros, pequeños hombres grises solían visitarlo en las noches, cuando dormía, o a plena luz del día cuando caminaba por el bosque alrededor de su casa. Parecía que desde niño estaba marcado por lo Otro y ya nunca le dejarían en paz. “¿Por qué estos seres me escogieron?”, se pregunta Huggins en el documental ‘Love and Saucers’.
Sexo con extraterrestres: pérdida de virginidad con la mujer de ojos negros
“Cuando tenía diecisiete perdí la virginidad con una mujer extraterrestre.” dijo el artista en el filme de Brad Abrahams. Crescent, según la nombró Huggins en su mente, continuó visitándolo desde aquel primer encuentro. Incluso llegó a forzarlo cuando él se negaba a hacer lo que ella quería, debido a que, según el pintor, ella tenía fuerza sobrehumana.
Después los encuentros sexuales involucraron a más de una mujer alienígena e incluso le llegaron a mostrar a sus “hijos”, que según le contaron a Huggins los visitantes, vivirían en el espacio exterior. También le tomaban muestras se semen, siempre bajo la mirada vigilante del ser con forma de mantis.
Llegó un punto en su historia en que tener sexo con extraterrestres era tan normal para el pintor. Él sabía con antelación el día y la hora del próximo encuentro, a lo que él respondía preparándose con flores para su visita.
Su historia continúa cuando deja el entorno rural y se traslada a Nueva York para estudiar arte. Aquí me parece digno de mención el hecho de que a Huggins no le iba bien con las mujeres. Consideraba a esta mujer alienígena como su novia. Si decidimos creer en lo que dice, pareciera que sus experiencias en con seres extraterrestres lo hubieran alejado del resto de la humanidad, como si ser partícipe en algo que está vedado para otros lo hiciera a él una especie de apestado.
Pinturas, arte paranormal
Huggins comenzó a pintar sus experiencias paranormales para sobrellevar un poco la carga que esto le generaba. Sea que se trate de un artista con poco éxito en las galerías y que debido a ello se pusiera a pintar sobre un tema popular con el objetivo de ganar seguidores y vender algunas pinturas, o que de verdad sea un hombre cuya vida fue marcada por fuerzas suprahumanas desde la infancia, lo cierto es que su obra no se olvida.
El encanto que tienen para mí las historias de los abducidos es que cuando están bien contadas superan por mucho el escalofrío que puede generar un libro de Stephen King o H. P. Lovecraft. En muchos casos se trata de gente que se enfrenta a inteligencias no humanas en entornos tan comunes como pueden ser tu cocina el estacionamiento del súper donde haces las compras.
En el arte de Huggins se transmite esa violación del espacio propio, la invasión extraterrestre de los espacios normales, y también evoca un poco el poder que estos seres tienen sobre la vida humana. Son capaces de entrar en tu casa sin siquiera abrir la puerta o la ventana, pueden hacer de ti lo que quieran, de tus hijos de tus mascotas e irse después sin ningún remordimiento ni consecuencia para ellos. Los que quedan en estado de shock, muchas veces con la vida destrozada, son los seres humanos.
Tanto si es real, como si es un engaño muy bien elaborado, el fenómeno ovni es interesante para todo aquel que guste de buscar lo extraño. De ser verídico, estaríamos tratando con la tragedia más grande en la historia de la humanidad: la perspectiva de que no tenemos el control. Aquello que nos da miedo de estas historias podría ser le hecho de que los alienígenas nos tratan como nosotros tratamos a los animales.
Seres con forma de mantis
¿Por qué un insecto gigante, con forma de mantis, está interesado en presenciar los encuentros de este hombre con las mujeres de ojos negros? ¿Por qué David Huggins, además de otras personas en todo el mundo, son forzados a tener sexo con extraterrestres? Tal vez nunca lo sepamos, o tal vez no queramos saberlo.
Siempre que David tenía una visita, estos seres con forma de mantis aparecían. A veces frente a él o en un discreto segundo plano, como una figura inquietante en la esquina o al fondo de la habitación.
Mi opinión personal es que este ser con forma de mantis es el que controla todo lo que ocurre y que las cosas que vio Huggins podrían no ser, en un plano de realidad objetivo, tal cual como él las vio o las recuerda. Vamos, podría ser que este ser insectoide proyectara sobre la mente del pintor las escenas en las que tenía sexo con mujeres extraterrestres tal vez para ocultar el horror de lo que de verdad ocurría.
Si quieres ver el documental está disponible en Vimeo.
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